¿Alguna vez te escuchas hablar… y no reconoces a la persona que habla?

Hay un momento en el que te paras. Quizá en medio de una reunión, o lavando los platos, o riendo en una cena con amigos.
 
De repente, te escuchas.
 
Escuchas tu voz diciendo las cosas que se esperan que digas. Asintiendo con la opinión que se supone que debes tener. Riendo en el momento que está marcado en el guion.
 
Y en lugar de sentirte identificada con esa voz, solo sientes un vacío.
 
Una pregunta silenciosa y aterradora surge desde las profundidades: ¿Quién es esa persona que está hablando?
 
Porque, en algún lugar de tu memoria, guardas el recuerdo de otra. Una que sentía con más intensidad, que reía con más ganas, que se enfadaba cuando algo no le cuadraba. Una que no calculaba tanto las consecuencias de ser ella misma.
 
¿Dónde se perdió esa mujer?
 
No fue una desaparición dramática. Fue una retirada silenciosa, cediendo el paso capítulo a capítulo.
 
Cedió el paso el día que te dijeron “así no se comporta una profesional responsable”.
Cedió el paso cuando pensaste “esta parte de mí no le va a gustar a mi familia”.
Cedió el paso cuando priorizaste ser amable por encima de ser auténtica.
 
Poco a poco, el personaje que creaste para ser aceptada, para ser querida, para encajar, fue ocupando todo el espacio. Y lo hizo tan bien, que ahora lleva tu nombre y usa tu voz.
 
Pero tú no estás ahí.
 
Estás escondida en algún lugar detrás de ese personaje, observando, preguntándote cómo demonios se sale de esta jaula que, irónicamente, tú misma ayudaste a construir.
 
Esa sensación de vacío, de extrañeza, de no reconocerte… no es una señal de que estés rota.
Es la prueba de que sigues ahí.
 
Es tu esencia intacta, golpeando suavemente desde dentro, recordándote que existe. Que el personaje es solo un traje que te quedó pequeño.
 
Reencontrarte no se trata de buscar respuestas en libros de autoayuda o en consejos externos. Se trata de hacer silencio. De escuchar ese vacío. De tener el coraje de preguntarte, sin miedo: ¿Y a mí qué me gusta? ¿Qué opino yo, de verdad? ¿Qué siento aquí, ahora?
 
Es un viaje de regreso a tu propio centro. Un viaje para which desmantelar, capa por capa, el personaje y redescubrir a la mujer que hay debajo.
 
Y no tienes que hacerlo sola.
 
Mi trabajo como terapeuta es acompañarte en este viaje de regreso a ti misma. Crear un espacio seguro donde puedas soltar las máscaras, sin juicio, y escuchar finalmente tu propia voz. Donde puedas rescatar esas partes abandonadas y integrarlas en quien eres hoy.
 
No se trata de convertirte en alguien nuevo. Se trata de recordar quién eres tú.
 
¿Te sientes identificada? La puerta para volver a casa está aquí.

Aquí puedes ponerte en contacto conmigo

Y llévate de regalo un ebook gratis. “Cómo controlar tus emociones en 10 días”

Nombre