Durante años acumulé diplomas y logros, soy Licenciada en Química, pero dentro de mí crecía una sensación profunda de que mi valor dependía siempre de lo que hiciera o lograra.
Mi herida de desvalorización
Se sembró muy pronto: aprendí, como muchas mujeres, a medirme por estándares ajenos y a cargar con etiquetas que no me pertenecían.
Con los años esas experiencias se convirtieron en semillas silenciosas de desvalorización que echaron raíces profundas en mí.
El quiebre
Llegó de adulta: acumulé títulos pero también dolores de cuello y espalda y la sensación de no ser suficiente.
Entendí que la respuesta no estaba en otro libro, sino en aquella niña herida.
El viaje
Emprendí un camino de desaprender mandatos y buscar paz en lugar de lucha.
Me formé en Osteopatía, Medicina China, Gestalt, Terapia Regresiva, Coaching Biográfico, Kinesiología, Terapia del Trauma y Medicina Germánica.
No solo para ayudar: para sanarme a mí misma.
La transformación
Ahora sé que el dolor de espalda no era “mala suerte” sino la sombra de la desvalorización.
Y que mi dificultad para prosperar era la respuesta de un cerebro que había aprendido a sobrevivir en un ambiente de constante crítica.
Hoy
Hoy sé que la raíz de nuestro agotamiento no está en nosotras, sino en estos modelos inconscientes heredados que nos empujan a ser siempre:
- 🌱 la cuidadora
- 🌱 la que aguanta
- 🌱 la que no molesta
- 🌱 la que no se permite prosperar
Mi metodología única nació de esta fusión: el rigor científico de la química,
la sabiduría corporal de la osteopatía y la medicina china, y la comprensión profunda de la psique desde la gestalt, terapia regresiva y de trauma, así como biografía antroposófica y transgeneracional.
¿El resultado?
Aprendí a reprogramar esos mandatos y construir una soberanía personal, profesional y económica real.
Dejé el laboratorio para crear Vida y Cuerpo, un espacio donde acompaño a mujeres como tú para que:
- Silencien el ruido mental de “no soy suficiente”.
- Reconozcan y sanen las heridas transgeneracionales que dictan su economía y su autoestima.
- Aprendan a cobrar con convicción y diseñar una vida que les dé energía en lugar de quitársela.
- Conviertan su cuerpo de un campo de batalla en su lugar de paz y sabiduría.
Hoy mi valor es quieto, es paz.
Y es desde ahí desde donde te acompaño.