El sistema craneosacral es un sistema esencial en el cuerpo humano. En mi opinión, es el lugar en el que residen, independientemente y comunitariamente a la vez cuerpo, mente y espíritu.

La existencia de los ritmos cardiovascular y respiratorio es bien conocidos por todos, pero existe un tercer moviendo que es el ritmo craneo-sacral.

El terapeuta con un suave contacto percibe las pulsaciones del sistema Cráneo-Sacral trasmitido a todo el cuerpo a través del Sistema Fascial, (constituido por Tejido conectivo). Es una técnica suave, segura y respetuosa con el proceso de la persona.

Contempla el cuerpo como una unidad, como cada órgano, cada músculo, etc. están envueltos por esta fascia, una restricción en la misma puede alterar la estructura del cuerpo y afectar su función.

El trabajo terapéutico consiste en ayudar al paciente a re-establecer el flujo normal de movimiento mediante la atenuación o desaparición de esas restricciones. 

Debido a ello, el efecto del proceso de tratamiento facilitador puede manifestarse en casi todos los niveles concebibles, desde el alivio sintomático hasta la  resolución de los muchos e importantes problemas del espíritu.

 


La terapia sacrocraneal  tiene acceso a la totalidad de los procesos de auto corrección y auto sanación del ser humano.

Su creador, William Gardner Sutherland, confirmó que los huesos craneales tenían micromovimientos, y la ausencia de esos movimientos conducía a la enfermedad.

Introdujo en la Osteopatía el concepto del movimiento craneal, un movimiento rítmico que tiene su origen en la fluctuación del líquido cefaloraquídeo y se expresa en todo el cuerpo de forma simultánea y global, como movimiento involuntario.

Esta técnica se basa en cinco principios claros, establecidos por el Dr. Sutherland:

– La fluctuación del líquido cefalorraquídeo
– El movimiento inherente del sistema de membranas
– La motilidad del sistema nervioso
– La movilidad de los huesos craneales
– El movimiento involuntario del sacro entre los ilíacos

Estos cinco principios son la base del trabajo en consulta, y le sirven al terapeuta para valorar el estado de salud de su paciente y para corregir cualquier desajuste. Para ello, el terapeuta contacta con el movimiento Respiratorio Primario, es decir, con el movimiento involuntario que el funcionamiento simultáneo de estos cinco principios causan en el cuerpo.

Más tarde, se vio que había otros movimientos aparte del Respiratorio Primario, que envolvía a ésta y que eran más lentos y más profundos, creando en el cuerpo dos movimientos de Marea.

Cualquier restricción del movimiento Respiratorio Primario se manifiesta como un estancamiento de todos los líquidos del cuerpo y, a la larga, genera enfermedad. Con un contacto muy ligero de sus manos va sintiendo todo el cuerpo. Utilizando sus manos como herramientas, y el impulso del líquido como ayudante, el terapeuta va devolviendo a los tejidos la movilidad perdida; aplicando una leve presión con las manos, pone en funcionamiento los procesos naturales de curación del cuerpo.

Es una técnica suave y profunda, respetuosa con el proceso de la persona. El terapeuta es un mero espejo de lo que le está sucediendo al paciente. Sin él el paciente no podría verlo, pues necesita esa referencia externa. Pero es el propio paciente el que hace los cambios que necesita, sin la intervención del terapeuta.

Las sesiones facilitan una profunda conexión y comprensión del paciente consigo mismo y con las potencias sanadora, que se puede manifestar de forma más intensa y más clara. Experimenta una evolución espiritual, una reorganización fisiológica, cambios estructurales y un equilibrio profundo.

La Osteopatía reconecta al paciente con su verdadero Ser, muchas veces olvidado. Es muy adecuada para tratar el estrés postraumático, así como también ayuda a equilibrar los problemas psicológicos derivados del trauma. Equilibra desajustes del sistema nervioso y endocrino y energético. Mejora el funcionamiento global del cuerpo.

Un buen osteópata es capaz de cuidar de sí mismo, está presente en la sesión con ecuanimidad, crea un espacio seguro donde el paciente puede ser quien es, observa sin intervenir, pero también muestra lo que está sucediendo, proporciona a su paciente recursos suficientes para que pueda comprender, aceptar y asimilar su proceso.

La Osteopatía Craneal trata:

– Dolores musculares, ciática, lumbalgia
– Hernias discales
– Jaquecas o migrañas
– Secuelas de nacimiento
– Secuelas de accidentes de cualquier tipo
– Secuelas de operaciones quirúrgicas, adherencias, traumas…
– Traumas emocionales
– Disfunciones del sistema músculo-esquelético
– Trastornos hormonales
– Problemas de oídos como zumbidos, tinitus, dolores
– Estrés, angustia, depresión, insomnio

Tiene una especial utilidad como ayuda al crecimiento personal, mostrando cuales son los patrones de comportamiento inadecuados y dando herramientas para conseguir un estado de equilibrio y plenitud.

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Nuestros servicios y tratamientos son personalizados e individuales, y nuestro objetivo es conseguir el mayor grado de satisfacción de nuestros pacientes, así como una gran mejoría en su salud.